jueves, 17 de marzo de 2011

"Cuando a una persona se la reconoce, crece"


     Saturnino de la Torre, catedrático de Didáctica e Innovación educativa en la Universidad de Barcelona, ha aprendido, como profesor, en los niveles educativos de Educación Primaria, EGB, BUP, FP, alternando estas enseñanzas con las universitarias. Su larga experiencia en la práctica docente le ha permitido vivir la gran dificultad de integrar la teoría pedagógica y la práctica educativa. Considera que el profesor ha de ser un profesional de la educación: innovador y creativo. Según Saturnino de la Torre, la creatividad y la innovación son procesos que se aprenden.
     Asegura que educar es sacar lo mejor de cada persona y que para aprender a vivir y a relacionarse nunca es tarde. En sus más de veinte años de docencia universitaria, ha profundizado en temas como la creatividad, la innovación, los estilos de aprender, el tratamiento didáctico de los errores... Ha dirigido programas de Doctorado sobre Innovación Curricular y Formación del Profesorado e intervenido en Congresos Nacionales e Internacionales con aportaciones sobre la creatividad, tema en el que ha destacado por sus numerosas publicaciones. Imparte una asignatura sobre creatividad aplicada, trabajando actualmente sobre la evaluación de la creatividad. Como vemos, toda su vida ha girado en torno a la innovación educativa, la creatividad y su estimulación.
     Durante su trayectoria como docente, de la Torre comprendió que es esencial infundir en el alumno confianza, es decir, transmitirle la idea de que creemos en sus posibilidades de mejora. Asegura que educar es sacar lo mejor de cada persona, pues cada alumno presenta alguna capacidad que le hace sobresalir entre el resto de sus compañeros y que el docente debe saber explotar al máximo. El niño, al sentirse plenamente seguro de sí mismo, se entrega completamente al aprendizaje con emoción, lo que facilita la tarea del docente. El niño comienza a aprender de forma natural y apasionada. El aprendizaje se realiza de forma global, no seccionada, como ya afirmaron los principales defensores de la Escuela Nueva. La vida cotidiana ha de ser introducida dentro de la escuela, pues no se puede impartir una lección al margen de la vida diaria. No hemos de olvidar que la escuela es la vida misma, no la preparación para la vida. 
     Debemos poner fin a la concepción del sistema escolar como una organización de segunda fila, estilo fábrica, que transmite información obsoleta de formas obsoletas, que anula de forma radical la capacidad creativa del niño, pues el sistema educativo actual está centrado y preocupado por "lo que es" y no sirve para diseñar "lo que puede ser". Sin embargo, en la actualidad, es necesario un cambio radical en el sistema educativo, que debe estar orientado a lo que puede ser. El currículo escolar ha de ser más flexible y adaptado a las necesidades e intereses de los alumnos. Debe valorar más las preguntas que las respuestas y la creatividad más que la memorización o la repetición mecánica de hechos, pues lo que hemos de desarrollar en los alumnos son competencias, conocimientos, habilidades, actitudes y valores, esto es, tenemos que educar al individuo en la totalidad de su ser. La función del docente no es enseñar, sino hacer que el alumno aprenda en todas las facetas de su vida. El alumno ha de ser capaz de saber hacer y de saber ser y a través de la educación seremos capaces de sacar lo mejor de cada persona.
     Somos conscientes de que nuestro sistema educativo es una conspiración para anular la creatividad. Sin embargo, sabemos que el 95% de los niños son creativos. Para que la capacidad creativa no caiga en el olvido con el transcurso de los años, debemos favorecer su expresión para que el alumno se sienta motivado y adecuarla a la edad del alumno. Generalmente, en la primera infancia se expresa a través de la fantasía; durante la edad escolar, en la aventura y en la incitación al descubrimiento; en la adolescencia, en los retos y en la juventud, en la búsqueda de las innovaciones y la proyección social. Esta capacidad tan fructífera no puede caer en el olvido con el paso de los años y ha  de ser desarrollada a lo largo de la vida mediante proyectos integradores, globalizados y motivantes.
     Ahora, el maestro ha de prepararse para un mundo en el que el valor surge de la iniciativa individual y de la creatividad.
     Esta entrevista es muy útil para los docentes puesto que propone la reflexión sobre lo que se está haciendo en clase y lo que se debería hacer, desarrollando nuestro juicio crítico. Además, sugiere muchas técnicas que podemos aplicar con los alumnos para desarrollar al máximo su capacidad creativa.
     Se ha escrito mucho sobre creatividad, pero debemos pasar del pensamiento a la acción. Mediante el proceso educativo depuramos el diamante de la creatividad que todo ser humano lleva en su interior. Como conclusión, remarcar que la educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser.



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